1 de mayo de 2013

Sueño de ser mujer


Sentía el placer que me producían sus húmedos labios sobre la desnuda piel de mis hombros y temblaba bajo su inminente deseo ...las sensaciones más que presentes eran innegables. 

Momentos más tarde todo acabó con las blancas yemas de mis dedos presionando los espacios justo de su espalda, un tímido jadeo y un beso perdido, tambaleando, casi desesperado sobre mis labios. No había en el mundo verdad más verdadera ni descubrimiento más descubierto ...yo era enteramente suya. 


Pero la mañana siguiente me desperté siendo una niña aún ante sus ojos, sus labios se prohibían confirmar la certeza de la noche anterior como si aquello fuera sacrilegio, de nada valieron mis caricias ni mis manos andantes que querían continuar el camino marcado con anterioridad; él seguía llenándome de besos en la frente y deliciosas frutas en mis labios. 


¿Era tan mountroso desearlo como lo deseaba? ¿Por qué era tan horrible para él la idea de qué yo no pudiera controlar mi pasión? Hoy mi cabeza ni mi corazón tenían cabida para nada más que él, ni siquiera los pensamientos se atrevían a cruzar por mi mente, sólo eran mis manos y mis labios los gobernadores absolutos de mi comportamiento. 


Sólo quería memorizar centímetro a centímetro la perfección de su ser, gritarle con cada beso lo suya que me quería sentir, lo dispuesta que estaba a convertirme en su piel. 


Pero mientras yo me descubría mujer y hembra para él... 


...él me encerraba en una niñez eterna. 


Una niñez que yo ya no deseaba tener, no si él estaba a mi lado.

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