1 de mayo de 2013

Marianna - Cap 1

- Si, estoy enamorada —le dice sin atreverse a alzar sus oscuras pupilas, esconde sus dedos entre sus dedos, esconde su pasado. 

¿Por qué se permitió a sí misma llegar tan lejos con todo aquel juego? Un tiempo está bien, unos momentos de creerse dios, está siempre bien, hace bien al autoestima, pero, ¿ocho años? Ocho años es toda una vida. No importa que aquello vivido en ocho años no podía ser ni la mala broma de una vida. Había sido demasiado tonta. 

Ahora temía su reacción. ¿Tenía derecho él a reclamarle algo? Tantos límites se habían cruzado entre ellos, que era díficil saber dónde es que quedaban antes. 

- ¿Lo conozco? 

¿Qué si lo conoce? ¡Oh vamos, Marianna! Sé valiente por una vez en esta historia y dile. Será sencillo. Sabrá de una vez por todas que el hombro que acogía tus lágrimas —causadas por él—, se ha convertido en el hombro al que te aferras noche a noche perdiéndote entre sus brazos. ¡Díselo! Si no se lo dices ahora, en el siguiente segundo será tarde. 

- No... —deja caer. 

- Entonces le olvidarás. 

Se sienta a su lado, sonriéndole mientras pasa su pesado brazo sobre sus hombros. Siempre tan seguro, tan firme. ¡Cuánto le gustaba a Marianna eso cuándo lo conoció! Luego descubrió arrogancia en su confianza. ¿lo odiaba? ¿Se puede odiar a quién se amó tanto un día? ¡Quizá! Quizá por eso era que necesitaba sacar su cuerpo de ahí, tenerlo lejos. Muy lejos. 

- No... 

- Claro que si. Ya hemos pasado por esto. Dices que te enamoraste de otro, que te gusta otro, que conociste a alguien, que es distinto. 

- Es distinto. 
- No, no lo es. Seguramente lo conociste en alguna fiesta en la que te dejé plantada, te has dejado impresionar tontamente —toca la punta de la nariz de Marianna como la niña tonta que cree que es—. Ya pasaremos por esto, también. 

- Es distinto, esta vez es distinto. 

No debería aferrarse tanto a ella. Cada vez que lo hace comienza a confundirla, la hace sentir que quizá si, que quizá en un momento la quiso sin ser egoísta. ¿Volverás a caer en la mentira Marianna? Una llamada en la noche más y caerás ¿no es así? No sería raro ...siempre lo has hecho. 

- Anda ya, tienes que dormir. 

- Vete. 

- Bien sabes que no puedo hacerlo, ¿cuántas veces lo hemos intentado ya? 


Duerme Marianna, en eso, él ha tenido razón. Vuelve a dormir sobre la almohada que tantas noches albergó su rostro mientras te sonreía haciéndote creer que la luna jamás se iría, que su brillo siempre tendrías. Quizá esta noche no le sueñes, quizá esta noche te respete el tímido intento de olvidarle. 

Porque ahora lo sabes ¿verdad? 

¿Lo sabes? 

- No te he olvidado —deja caer un susurro sobre su almohada.

No hay comentarios:

Publicar un comentario