1 de mayo de 2013

Pequeña Venganza


Decidí no decirte cuánto te amo, por primera vez en todo este tiempo creo que prefiero callar. Creo que no es falta de amor, en realidad no lo sé con seguridad, sólo sé que estoy agotada, que preferiría recibir un poco de cariño de tu parte, aunque sea solo un saludo cálido convertido en un tierno beso en la mejilla. Decidí dejarte en silencio mientras caminabas a mi lado, mirándome extrañado, te he dejado en jaque y se siento un dejo de satisfacción en mis sellados labios.

Sé que te confudo y sé que piensas que estoy jugando con tu cabeza. Quizá lo estoy haciendo, ¿cómo se siente?, de mi lado se está genial. Este día se acabaron las excusas, se acabaron mis reproches, no tengo nada más que reclamarte, simplemente estoy agotada. Nunca parecen acabarse tus motivos para tenerme relegada a un papel secundario en tu vida y lo que ya se terminó de mi parte es la paciencia. Cómo no supe nunca ser tan malvada, me vengo de forma pequeñita, no diciéndote que te amo.

Aunque lo sienta. Aunque mi rabia esté en conflicto ahora mismo con mi sentimiento de culpa, aunque me escoce la garganta por decirte en todo meloso, "te amo y eres mi vida". Hoy no. Hoy no se me da la gana darte el placer de sentirte ganador y sentirte confiado, hoy no.

No me siento mal. Mi rabia va ganando, a pesar de mi pequeña rebelión tú, aunque me miras extrañado, no haces nada. Y creo que la rabia es tapa de tanto miedo. Miedo de saber que mi cabezota tenía razón, tú no me amas. Tú ni siquiera me quieres. A ti te gusta tener a una niña con corazón ilusionado diciéndote con palabras bobas lo genial que la haces sentir, lo grandioso que le pareces. Te gusta tener una niña tonta como yo que haga las veces de tu pueblo súbdito abnegado.

Mi rabia va ganando porque aunque haya descubierto todo esto, seguiré quizá en unos días más, contándote lo lindo de tus ojos o lo dulce de tu voz. Aún cuando tu mirada sea tu turbia y tu voz esté llena de mentiras. Mi rabia gana porque mi amor es más grande. Suicida yo, decidí encarcerlarme en un querer que sólo daña, que apenas deja respirar y que no sabe amar.

Y aún con todo, mientras camino a tu lado; al lado de tu mirada confundida, hoy decidí no decirte que te amo. Ojala sea un camino en la dirección correcta, ojala no me vuelva a enredar en tus zalameras palabras. Cuánto quisiera ser libre, ser libre y no conformarme con migajas de venganza. Cuánto quisiera lanzar un dardo a tu garganta, o a la mía. Acabar con esto.

No hay comentarios:

Publicar un comentario