2 de octubre de 2009

Límite

Yo no quiero sonar más desquiciada de lo que seguramente ya sueno, pero he descubierto en mí conductas que se repiten y que me gustan. Me encuentro sobre la delgada línea que separa lo correcto de lo incorrecto, avanzo un pie, me balanceo, sonrío y regreso.

Claro, que no lo hago sola y ya me salió el miedo lógico de toda chica que en el fondo es buena, ¿les estoy haciendo daño? Creo o quiero creer que no, porque no lo hacen conmigo a ciegas, saben en que vórtice extraño de locura los estoy metiendo, no los he engañado para que tengan esta danza extraña conmigo, lo hacen a sabiendas. Y bajo advertencia no hay engaño, ni opción a reclamo.

Pero, ¿soy yo así? Siempre me he congratulado de ser yo sola siempre, para todo lo malo de mi vida. Lo que me sucedió y lo que me provoqué, siempre estuve sola. Pero estoy acompañada y aunque es divertido las veintitrés horas del día con 59 minutos, ahora que me detengo para respirar me lo cuestiono todo.

Claro que sé que la vida no esta dividida entre personas buenas y malas, que eso también tiene su escala de grises, y como siempre dije yo soy un demonio angelical o un ángel travieso, escoja su mejor opción. Pero, ¿me estaré inclinando más hacia mi lado demoníaco permitiendo que otras personas esten en el límite conmigo?

Ahora, dejando el remordimiento atrás he de decir que en estos días me siento más libre que nunca, por fin después de mucho esperar puedo decir que "estoy bien", aunque no esté haciendo precisamente lo correcto. ¡No importa! Total jamás dije que quería ser santa.